
El Palmerola News
Las Vegas, Nevada. Lo que parecía una simple visita a una exposición anatómica terminó convirtiéndose en una pesadilla para una mujer que, al recorrer las vitrinas frías de cuerpos disecados, aseguró haber reconocido a su hijo desaparecido entre los cadáveres sin nombre.
La mujer, cuya identidad se mantiene en reserva por razones legales, afirma que uno de los cuerpos exhibidos corresponde a su hijo, Christopher Todd Erick, desaparecido desde hace años. “Ese es mi hijo”, declaró al personal del museo, visiblemente conmocionada. La escena, que parece salida de una película de horror, desató una controversia que hoy enfrenta al mundo del arte anatómico con una pregunta incómoda: ¿sabemos realmente quiénes son los cuerpos que se exponen?
La madre solicitó de inmediato un examen de ADN para confirmar su sospecha. Según su testimonio, no busca compensación económica ni atención mediática, solo quiere la verdad. “No puedo permitir que mi hijo haya sido entregado al espectáculo sin siquiera saberlo. No quiero venganza, quiero certeza”, declaró.
El museo, por su parte, sostuvo que todos los cuerpos provienen de donaciones legales, y que cuentan con los permisos necesarios para ser exhibidos. Sin embargo, se ha negado —hasta ahora— a permitir la realización de pruebas genéticas, alegando protección de los restos y protocolos establecidos por sus proveedores.

Este caso ha revivido viejos temores éticos sobre la procedencia de los cuerpos utilizados en exhibiciones anatómicas públicas, que desde hace años despiertan críticas por el posible uso de personas no reclamadas, presos ejecutados o víctimas de trata. Organismos de derechos humanos y colectivos de desaparecidos han pedido que se regule con mayor rigurosidad la trazabilidad de los cuerpos utilizados en este tipo de muestras.
Mientras tanto, la madre sigue esperando una respuesta. Su dolor, convertido en denuncia, ha puesto en duda la transparencia de una industria que mezcla ciencia, arte y espectáculo, pero que como ella señala podría estar construido sobre el silencio de los muertos.
Y es que cuando una madre afirma haber encontrado a su hijo entre cadáveres disecados, el arte deja de ser arte. Y la tragedia se vuelve real. El Palmerola News Online. Site.