Por: El Dr. Mauricio Loredo
El día que escribí sobre la autoridad del Médico sobre las enfermedades.
Recuerdo a la perfección ese día que escribí sobre la autoridad que tiene el Médico sobre las enfermedades.
Ese día, ocurrió algo muy inusual, horas después de haber escrito ese artículo y ponerlo en las redes sociales dando ánimo y recordando a todos nosotros ese mensaje que Dios tenía para nosotros los Médicos.
Llegó el paciente con manifestaciones severas respiratorias con 58 de saturación y su examen de Covid + que traía.
Mientras me puse a nebulizarlo de inmediato en mi oficina ya que la muerte rondaba inminentemente y lo canalizamos de inmediato, y mientras esto hacíamos quien con valentía y sin asco también enfrentábamos dicha situación que no era para todos hacer eso porque el factor miedo ata a la mayoría del personal en casos de miedo cómo esto.
En ese momento mientras lo dejaba con el nebulizador en la otra oficina, pasó la otra paciente quien prácticamente a la fuerza entró y antes de sentarse en la otra oficina me dijo: me enojé con su asistente porque no me quería dar espacio pues usted estaba lleno de pacientes , pero me dio este espacio porque me puse muy molesta .
Yo le dije: no es que no le quería dar cupo, es que tenemos emergencia de los casos y se le hizo este espacio.
Entonces ella me dijo: quiero decirle que tengo una intoxicación en el hígado!
Yo le pregunté: ¿usted con qué autoridad dice eso?
Ella muy molesta volvió a repetir lo mismo y le dije: Señora siéntese por favor.
Cuanto ella se sentó en la silla de exploración, al terminar de examinarle y estar frente a ella me dijo: le traigo un mensaje que debo decírselo, pero me da pena decirle esto!
¿Qué mensaje me trae usted señora o que me quiere decir?
Ella volvió a repetir lo mismo y le dije: puede decir su mensaje.
Ella muy resuelta me dijo: yo soy como el hombre de Gadara que vivía en el cementerio y que Jesús Sano’
Yo, no entendí exactamente todo, hasta ese momento!
Por lo cual le pregunté: ¿cómo así?, no le entiendo.
Ella contestó: yo doy gritos siempre como ese hombre del cementerio y que Jesús sano’ y no sé cuando los daré o gritaré! Esos gritos Solo vienen. !
Yo he ido a diferentes lugares a tratar de ser exorcizada en Siguatepeque y no han podido hacerlo.
Cuando ella dijo eso, me di cuenta de la magnitud del problema que iba más allá de la medicina científica.
Mientras le hacía otras preguntas respecto a esos gritos, ella finalmente dio’ ese grito y cuando vi sus ojos fue algo aterrador y experimenté’ unos escalofríos en todo mi cuerpo y fue allí cuando le reprendí y dije: Te reprendo en el nombre de Jesús y se lo dije dos veces pero extendiendo mi mano hacia ella
De pronto, Ella Comenzó a llorar y me dijo: se lo dije, Doctor. Yo le dije: Señora Usted ya pidió perdón por sus pecados a Jesús? Y ella me dijo que no, y que todo había sido por una comida que a ella le habían dado 12 años atrás Y entonces le presenté a Jesús. y ella profesó’ allí su fe a Jesús y su semblante cambió y ella lucia más feliz .
Ese día, como
Médico Especialista, aprendí algo: Estuve frente a las dos esferas: la enfermedad del siglo 21 (COVID 19) y lo demoniaco y Dios me dio la Victoria, pues el paciente de Covid, 5 semanas después estaba sano y ella fue liberada.
Ella antes de salir del consultorio, me dijo que la intoxicación del hígado que ella decía, se había ido de su vida.
Sé que los Médicos, nos enfrentamos a una estirpe de enfermedad nada común, pues yo diría que es una aleación de algo creado con tecnología y mezclado con lo demoníaco y ese terror que genera en la gente con tan solo mencionarles ese nombre o verlo escrito en sus exámenes y aunque no la tuvieran, pero si fuesen influenciados que lo tuviesen es algo muy terrible lo que les acontece.
El médico más que nunca debe saber que estamos en la etapa del periodo de mortandad o Ángel de la muerte que la Biblia nos dice de la plaga número 10.
Los médicos debemos de llenarnos de Jesús para enfrentar a esta enfermedad y dar palabras de ánimo y orar por nuestros pacientes allí frente a ellos en algunos casos en los consultorios y aunque nos llamen locos, pero Jesús sería exaltado y no esa enfermedad como hasta el momento lo hemos equivocadamente hecho.
Es tiempo de exaltar a Cristo Jesús y saber que estamos en otros tiempos, tiempos del Fin y debemos darle honra a Jesús quien es el dueño de la ciencia y no le hemos dado ese lugar a El, porque nos avergonzamos y no creemos en El muchas veces.
Este solo es un punto de reflexión, sobre la etapa de la vida en que nos encontramos.
Escribo de nuevo este artículo
Como un llamado de atención que está estirpe demoníaca no sale solo con pastillas sino con oración y ayuno. Es tiempo que nos volvamos a la oración y si es posible al ayuno y tener más autoridad sobre las enfermedades.
Médicos, despertemos, estamos ante un nuevo orden mundial que desea apoderarse de nuestras mentes por medio del terror y paralizarnos y cambiar nuestras maneras de pensar y actuar locamente si no consultamos con la Palabra de Dios.
Dr. Mauricio Loredo